Otro mundo se esconde en las sombras de la noche, vivo y peligroso...
Los moroi, vampiros de sangre real, relativamente buenos y mortales, sobreviven ocultándose de los humanos... y bebiendo la sangre que los donantes, las prostitutas de sangre, les proporcionan.
El frágil equilibrio de la comunidad moroi se ve continuamente amenazado por los strigoi, crueles, sanguinarios y peligrosos cazadores cuyo alimento preferido es la sangre moroi...
Y lo peor, son inmortales. Bueno, casi...
Sólo los dhampir pueden destruirlos y proteger a los moroi de la horrible amenaza.
Rose Hathaway, mitad moroi mitad humana, y está destinada, como todos los dhampir, a cuidar de su mejor amiga, Vasilissa Dragomir, sobrina del enfermo príncipe Víctor, y la siguiente y única en la línea de sucesión.
Pero entre ellas dos se ha establecido un extraño y estrecho vínculo: Rose sabe lo que Lissa siente a cada momento, conoce sus pensamientos y emociones... y a veces, sin previo aviso, acaba sumergida por completo en su mente.
No es fácil para Rose renunciar a la mala vida para proteger a Lissa...
Oscuros acontecimientos obligaron a Rose y a Lissa ha escapar de la Academia Sant Vladimir... Tras dos años fuera del mapa, los guardianes de la Academia, encabezados por Dimitri, apuesto y peligroso, se encargarán de traerlas de vuelta a la "seguridad" de los muros de Sant Vladimir.
Ambas tendrán que enfrentarse a sus infiernos personales...
Lissa, responsable, sociable, noble, pero torturada por sus recuerdos y con el peso de la estirpe Dragomir sobre sus hombros, se las verá con la cruel esfera social moroi, y con Mia, nueva novia de Aaron, su ex-novio, que parece odiarla sin motivo aparente.
Pero tiene un as en la manga: la coerción, un poder especial para controlar la voluntad de los demás.
Además, Christian, rebelde y con oscuro pasado, no le quita ojo de encima...
Rose, dura, inteligente, con demasiados secretos (y pájaros) en la cabeza, luchará contra los rumores peor que malintencionados, tratará de espantar a sus pretendientes indeseados (amigos de toda la vida que aspiran a algo más incluidos)... y de atrapar al único que se le resiste: su (caliente como el infierno) irresistible mentor, Dimitri. Impenetrable e inalcanzable, con deje eslavo en la voz, cuerpo de infarto, veintitantos... Pero tantos in o siete años de diferencia no son nada ante la tenacidad y el deseo de Rose...
¡Qué confuso e incomprensible es el amor, que dulce e insoportable el deseo!
Rose anhela aproximaciones tácticas al cuerpo de Dimitri fuera de los entrenamientos... pero ni él se va a dejar hacer (o al menos a demostrarlo) ni ambos pueden olvidar su cometido: son guardianes, no pueden, ni deben, enamorarse, la prioridad es proteger a los moroi, y no protegerse el uno al otro.
Y además, durante esos dos años como fugitivas, Lissa se alimentó de Rose... Ahora Rose siente un incómodo mono de ser mordida.
Lissa siempre ha tenido y tendrá a Aaron en el bote, lo cual le da un gran estatus social, pero... ¿y Mía? Le ha costado mucho conquistarle, y no estará dispuesta a dejarlo escapar. Pero... ¿realmente Aaron es lo que Lissa desea conseguir? ¿Qué hay de Christian? ¿No será que le van los chicos malos... con corazón dulce?
Pero los problemas no han hecho más que empezar...
Aquellos terroríficos hechos que hicieron a este dúo dinámico huir dos años atrás de la Academia regresarán...
Si sobrevivir a la academia vampírica, con sus crueles estudiantes, los chismes más afilados que navajas, las clases soporíferas, la mala (o buena, según se mire) fama, no fuera suficiente, de nuevo la amenaza que las obligó a huir las asalta...
Lissa y Rose deberán permanecer más unidas que nunca...
Los moroi, vampiros de sangre real, relativamente buenos y mortales, sobreviven ocultándose de los humanos... y bebiendo la sangre que los donantes, las prostitutas de sangre, les proporcionan.
El frágil equilibrio de la comunidad moroi se ve continuamente amenazado por los strigoi, crueles, sanguinarios y peligrosos cazadores cuyo alimento preferido es la sangre moroi...
Y lo peor, son inmortales. Bueno, casi...
Sólo los dhampir pueden destruirlos y proteger a los moroi de la horrible amenaza.
Rose Hathaway, mitad moroi mitad humana, y está destinada, como todos los dhampir, a cuidar de su mejor amiga, Vasilissa Dragomir, sobrina del enfermo príncipe Víctor, y la siguiente y única en la línea de sucesión.
Pero entre ellas dos se ha establecido un extraño y estrecho vínculo: Rose sabe lo que Lissa siente a cada momento, conoce sus pensamientos y emociones... y a veces, sin previo aviso, acaba sumergida por completo en su mente.
No es fácil para Rose renunciar a la mala vida para proteger a Lissa...
«Era muy probable que fuera a pasarme toda la noche bebida y patas arriba. No resultaba la mejor forma de solucionar los problemas, eso era bien cierto, pero al menos era realmente divertido. Sí. Mi vida podía ser peor.»
Oscuros acontecimientos obligaron a Rose y a Lissa ha escapar de la Academia Sant Vladimir... Tras dos años fuera del mapa, los guardianes de la Academia, encabezados por Dimitri, apuesto y peligroso, se encargarán de traerlas de vuelta a la "seguridad" de los muros de Sant Vladimir.
Ambas tendrán que enfrentarse a sus infiernos personales...
Lissa, responsable, sociable, noble, pero torturada por sus recuerdos y con el peso de la estirpe Dragomir sobre sus hombros, se las verá con la cruel esfera social moroi, y con Mia, nueva novia de Aaron, su ex-novio, que parece odiarla sin motivo aparente.
Pero tiene un as en la manga: la coerción, un poder especial para controlar la voluntad de los demás.
Además, Christian, rebelde y con oscuro pasado, no le quita ojo de encima...
Rose, dura, inteligente, con demasiados secretos (y pájaros) en la cabeza, luchará contra los rumores peor que malintencionados, tratará de espantar a sus pretendientes indeseados (amigos de toda la vida que aspiran a algo más incluidos)... y de atrapar al único que se le resiste: su (caliente como el infierno) irresistible mentor, Dimitri. Impenetrable e inalcanzable, con deje eslavo en la voz, cuerpo de infarto, veintitantos... Pero tantos in o siete años de diferencia no son nada ante la tenacidad y el deseo de Rose...
«-[...] ¿Viste ese vestido?
-Sí.
-¿Te gustó?- no respondió, y yo interpreté su silencio como un sí -. ¿Voy a poner en peligro mi reputación si lo llevo al baile?
Respondió en voz tan baja que pude oír a duras penas su respuesta:
-Vas a poner en peligro a la escuela entera.»
-Sí.
-¿Te gustó?- no respondió, y yo interpreté su silencio como un sí -. ¿Voy a poner en peligro mi reputación si lo llevo al baile?
Respondió en voz tan baja que pude oír a duras penas su respuesta:
-Vas a poner en peligro a la escuela entera.»
¡Qué confuso e incomprensible es el amor, que dulce e insoportable el deseo!
Rose anhela aproximaciones tácticas al cuerpo de Dimitri fuera de los entrenamientos... pero ni él se va a dejar hacer (o al menos a demostrarlo) ni ambos pueden olvidar su cometido: son guardianes, no pueden, ni deben, enamorarse, la prioridad es proteger a los moroi, y no protegerse el uno al otro.
«-El ejercicio de prácticas...- aventuré.
-Sip. Vas a ser la compañera de Dimitri.
Se hizo un silencio curioso entre nosotros. Probablemente, sólo perceptible para Dimitri y para mí. Nuestras miradas se encontraron.
-La compañera de guardia- aclaró Dimitri de forma innecesaria...
...como si también él hubiera estado pensando en otra clase de compañeros.»
-Sip. Vas a ser la compañera de Dimitri.
Se hizo un silencio curioso entre nosotros. Probablemente, sólo perceptible para Dimitri y para mí. Nuestras miradas se encontraron.
-La compañera de guardia- aclaró Dimitri de forma innecesaria...
...como si también él hubiera estado pensando en otra clase de compañeros.»
Y además, durante esos dos años como fugitivas, Lissa se alimentó de Rose... Ahora Rose siente un incómodo mono de ser mordida.
Lissa siempre ha tenido y tendrá a Aaron en el bote, lo cual le da un gran estatus social, pero... ¿y Mía? Le ha costado mucho conquistarle, y no estará dispuesta a dejarlo escapar. Pero... ¿realmente Aaron es lo que Lissa desea conseguir? ¿Qué hay de Christian? ¿No será que le van los chicos malos... con corazón dulce?
Pero los problemas no han hecho más que empezar...
Aquellos terroríficos hechos que hicieron a este dúo dinámico huir dos años atrás de la Academia regresarán...
Si sobrevivir a la academia vampírica, con sus crueles estudiantes, los chismes más afilados que navajas, las clases soporíferas, la mala (o buena, según se mire) fama, no fuera suficiente, de nuevo la amenaza que las obligó a huir las asalta...
Lissa y Rose deberán permanecer más unidas que nunca...
Los Dhampir no pueden enamorarse. Son exclusivamente guardianes y están obligados a protegerse continuamente de las mortales amenazas de los Strigoi (los vampiros más violentos y peligrosos, los únicos que nunca mueren). Esto es un problema para Rose cuando descubre que su tutor en la Academia de vampiros va a ser Dimitri, por quien se siente más que atraída. El único rival a su medida es también el único que puede ayudarla a salvar a su mejor amiga…
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